La carboxiterapia es una técnica o procedimiento no quirúrgico en el cual se infiltra dióxido de carbono (CO2), el cual es administrado de forma intradérmica con una aguja muy fina. La técnica puede ser aplicada sola o en combinación con otros tratamientos como la mesoterapia.
Se aplica para mejorar la microcirculación sanguínea atenuando o eliminando la piel de naranja o celulitis, también para reducir los tejidos grasos (mediante la ruptura de la membrana de la célula grasa), aumentar la tonacidad de la piel por la estimulación de nuevo colágeno y disminuyendo la flacidez corporal. También se utiliza como complemento de la lipoescultura y mejorando el drenaje linfático. Es un tratamiento que mejora notablemente la celulitis, aplicándolo de forma regular de una a tres veces por semana. Las contraindicaciones:
- Pacientes que presenten patologías diversas como insuficiencia hepática (hígado), respiratoria, renal (riñón) y cardíaca. Diabetes, enfermedades neoplásicas.
- Trastornos de la circulación, epilepsia.
- Problemas o infecciones en el área a ser tratada.
- Las mujeres embarazadas o en período de lactancia.