En la mujer el patrón es más difuso, respetando la línea de implantación del pelo. Suele acentuarse a partir de la menopausia, por la pérdida de la protección estrogénica, pero rara vez es total, el diámetro de sus cabellos se va haciendo más fino y son más cortos y apigmentados, permitiendo ver el cuero cabelludo.
Si en una mujer la alopecia es de instauración brusca, o sigue un patrón masculino, acompañada de otras manifestaciones de hiperandrogenismo (hirsutismo, acné, cambios en al voz…) debemos pensar en un trastorno virilizante e incluso en un tumor productor de andrógenos (tumor suprarrenal u ovárico).
La perdida de pelo de patrón femenino se denominó también alopecia androgénica, pues se considera que es la misma entidad que afecta a los varones, pero el requerimiento de andrógenos es menos definido que en el sexo masculino y la distribución de la pérdida de pelo suele ser diferente por tanto la mujer es más afortunada que el hombre ya que la alopecia androgenética solamente aparece en la parte delantera de cuero cabelludo dejando el cabello más ralo pero en raras ocasiones llega a tener zonas totalmente despobladas como en el hombre.